¿Atentar contra
la Corte…?
Por: Francisco
Martín Moreno
@fmartinmoreno
Somos esclavos de la ley para poder vivir en
libertad. Cicerón
¿Quién y por qué atenta en contra de la Corte y, en
general, en contra del Poder Judicial? Entre otras razones, es propio de
políticos conservadores, de extracción ultramontana, que, sabedores de los
delitos cometidos durante su gestión pública y apercibidos de la posibilidad
real de ser aprendidos y encarcelados, invierten lo mejor de su tiempo, de su
talento y de su autoridad en un solo objetivo: destruir, a cualquier costo, el
aparato de justicia que, en un futuro muy próximo, bien podría privarlos de la
libertad, junto con su enorme cáfila de rufianes, cómplices de desfalcos,
malversaciones y ocultamientos dolosos de los recursos públicos. En resumen: se
proponen, tan solo en una primera instancia, crear un sistema legal espurio que
les permita disponer con total impunidad del presupuesto federal o local, de
los ahorros de la sociedad, sin consecuencia alguna.
Además de lo anterior, quienes se proponen
desmantelar e inutilizar al Poder Judicial, son los mismos que han decidido,
por la vía de los hechos, mandar al diablo las instituciones de la República
para eternizarse en sus respectivos cargos públicos, para lo cual se requiere
acabar con nuestro Estado de Derecho convirtiéndose en jueces supremos que
dictarían sentencias de acuerdo a sus estados de ánimo y a su mejor
conveniencia política, es decir un salto suicida y mortal al México virreinal
del siglo XVII con imprevisibles consecuencias sociales y económicas, como si a
los mexicanos no nos hubiera costado sangre, sudor y lágrimas, mucha sangre,
mucho sudor y muchas lágrimas la construcción de nuestra democracia. Todo el
esfuerzo de varias generaciones se iría al bote de la basura, un salvaje
despropósito histórico propio de los grandes enemigos de una patria libre y
próspera.
Intentar la destrucción del Poder Judicial al
recortar vesánicamente su presupuesto, proponer que los jueces sean electos por
el “pueblo” como si no se conocieran los desastres sociales y políticos que
acarrean semejantes decisiones populistas y verborreicas, (algo parecido a
encargar al “pueblo” la erradicación de la encefalitis equina), y, por otro
lado, atacar desde una de las máximas tribunas del país a jueces, ministros y
magistrados, equivale a invitar a que los conflictos entre personas, empresas,
instituciones se resuelvan con las manos, al estilo del neolítico, allá, un
cercano, 7,000 AC.
En un Estado de Derecho las relaciones entre los
ciudadanos se deciden en términos absolutos, a través de la legislación vigente.
Nadie puede alegar una práctica en contrario, porque dicha excepción implicaría
el arribo a un sistema autoritario, el gobierno de un solo hombre como el encabezado
por Santa Anna para el gravísimo daño de la República. ¿No hemos aprendido nada
de la historia?
El Estado debe estar subordinado a las leyes, y en
todo momento debe cumplirlas. AMLO, en teoría jurídica, también debería
subordinarse, solo que, para él la ley no es la ley, muy a pesar de haber
protestado cumplir y hacer cumplir la Constitución y si no que el pueblo (mudo)
se lo demande. El primer mandatario, cuyo ejemplo, en un principio, todos
deberíamos seguir, ignora a diario nuestra Carta Magna sin respetar las reglas
del juego que protestó respetar.
Si en México asesinan a un compatriota cada 15
minutos, sin olvidar a los desaparecidos, 98% de los delitos no se sancionan, no
se respetan los derechos humanos y el Estado de derecho es vulnerable y el Jefe
de la Nación, a pesar de todo, se niega a rendir cuentas y todavía las reserva
y las oculta al escrutinio público a través del desmantelamiento del INAI y del
sometimiento de la Auditoría Superior de la Federación y los morenistas no son
iguales ante la ley, entonces vivimos a la voz de sálvese quien pueda.
AMLO no se rige por la ley, utiliza su elevado
cargo público para satisfacer sus intereses personales y los de su movimiento.
¿Cuál partido político? AMLO es enemigo de la transparencia sin fomentar
la participación ciudadana en los asuntos de Estado y pretende que los jueces
estén al servicio de intereses populares y no de la ley, de ahí que pretenda
recortar el presupuesto del Poder Judicial y administrar el sistema de
impartición de justicia a su antojo para perpetuar la destrucción de nuestro
país en todos los órdenes de su vida nacional.
Si AMLO logra destruir el Poder Judicial estaremos
perdidos en varios lustros por venir…